Las exigencias profesionales o laborales nos han empujado lentamente a encerrarnos en las ciudades. Creemos que es acá dónde debemos estar para ser exitosos y muchas veces puede ser cierto, pero el precio que se paga es demasiado alto y nuestra salud comienza a deteriorarse tras pasar mucho tiempo entremedio de edificios, autos y exceso de gente.

La ciencia lo aconseja y es posible que tú mismo te hayas sentido mejor con tan sólo ver un paisaje cargado de vegetación o luego de dar un paseo por la plaza o el parque de tu localidad. Eso sirve, pero es sólo una pincelada. ¿No has tratado de comenzar una vida nueva alejado de la ciudad y en contacto con la naturaleza? Haz la prueba.

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Son muchos los beneficios de estar más cerca del mundo natural; hemos enumerado algunos pero debería bastarte con la siguiente afirmación: una vez que abandonas la vida en la ciudad y te largas al bosque, la montaña o el campo tu vida cambia. Y mucho.

Aire puro

En la naturaleza podemos respirar con tranquilidad, nuestro organismo absorve oxígeno sin contaminantes lo que favorece la oxigenación celular del cuerpo. Lejos de los autos y las fábricas, quienes viven en entornos rurales sufren menos problemas respiratorios.

Tranquilidad

Podemos dormir y descansar sin interrupciones, despertándonos mejor y más descansados para encarar las actividades diarias. Con la ausencia del ruido urbano también podemos pensar con claridad y dedicar un momento del día a la reflexión y a pensar en profundidad. Todos necesitamos un momento así donde podamos conectarnos con nosotros mismos.

Vive más tiempo (y mejor)

Un estudio llevado a cabo en mujeres por la Universidad de Harvard demostró que las que vivían dentro de un entorno natural tenían una tasa de mortalidad 12 por ciento menor de las que vivían lejos de la naturaleza. La salud mental también se veía beneficiada en aquellas personas que se mudaban a una zona con más áreas verdes.

Además se refuerza el sistema inmunológico y nuestro cuerpo puede combatir de mejor manera las bacterias y enfermedades.

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Vivir sin prisa

Cuando estás en la ciudad te mueves aceleradamente empujado frenéticamente por el ritmo que imponen los autos, el ruido y las demás personas. Sin embargo, en la naturaleza son los propios elementos los que imponen la marcha y ya no debes correr para alcanzar un metro o un autobús. Con esto, los niveles de estrés y ansiedad también disminuyen.

Más ejercicio

La vida al aire libre nos seduce con paisajes abiertos, adornados con montañas, lagos y bosques. Es una invitación a que recorramos los senderos, practiquemos caminata o salgamos a correr. La vida sedentaria tan propia de las ciudades queda atrás y es reemplazada por una mucho más activa y dinámica.

Pensamientos más positivos

Noventa minutos en contacto con la naturaleza bastan para que se cambie la actividad neuronal de una persona ayudando así a regular sus emociones. La vida en contacto con zonas naturales reduce los niveles de irritabilidad y agresividad. También somos más felices y se incrementa la presencia de estados emocionales positivos.

En síntesis, dar el gran salto y atreverse a dejar la vida en la ciudad para estar en contacto con la naturaleza tiene múltiples beneficios para la salud fíisica y mental de tu organismo. Es posible que no puedas disfrutar de algunas comodidades propias de las urbes, pero vivirás más feliz y tranquilo estando en contacto con el mundo natural y eso nunca debe ser mirado en menos.


Source: VeoVerde

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