Aunque Kuala Lumpur recibe millones de turistas al año, muy pocos hacen el corto trayecto en taxi desde la megacapital malaya hasta la pequeña ciudad ribereña de Klang. Aquí, en el estrecho de Malaca, que separa Malasia de Indonesia, se encuentra el poco conocido pero antaño fabulosamente rico sultanato de Selangor. Klang es la capital real del sultanato, y es donde los visitantes encontrarán tesoros ocultos como el gran palacio Alam Shah.

Aunque los visitantes no pueden entrar en el palacio, que sigue siendo el hogar del sultán Sharafuddin Idris Shah, noveno gobernante del sultanato de Selangor, pueden espiar su gigantesca cúpula dorada antes de unirse a las nuevas visitas a pie por los lugares patrimoniales de Klang. En conjunto, estos lugares cuentan la historia de cómo el Sultanato de Selangor nació tras un asesinato real, resistió a los invasores europeos, dio forma a la historia malaya y dio origen a Kuala Lumpur.

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¿Qué es el sultanato de Selangor?

Selangor tiene un presente y un pasado complejos. Sigue siendo una región real gobernada por un sultán. Sin embargo, Selangor es también uno de los 13 estados de Malasia, que es una monarquía constitucional, como el Reino Unido y Canadá, gobernada por una democracia parlamentaria con un rey como jefe de Estado (como España). El monarca de Malasia cambia cada cinco años, rotando entre los sultanes de nueve familias reales, incluida Selangor.

Los orígenes de este sultanato están ligados a la emigración, la intervención holandesa y el asesinato de un gobernante malayo. A finales del siglo XVII, los bugis de Indonesia empezaron a asentarse en Selangor huyendo de los holandeses, que habían colonizado gran parte del sudeste asiático.

En 1699, el sultanato de Johor, potencia dominante del estrecho de Malaca, perdió a su monarca por asesinato. Sin un sucesor de sangre, la influencia de Johor decayó y surgió un vacío de poder.

“La ausencia de un gobernante centralizador en Johor significó que varios grupos étnicos que habían emigrado a la región (bugis, minangkabau) tuvieron la oportunidad de desarrollar sus propios estados, a menudo mediante matrimonios mixtos con las élites malayas locales”, explica Timothy Barnard, profesor asociado de Historia de la Universidad Nacional de Singapur.

Los bugis fueron aumentando su influencia en el estrecho de Malaca antes de crear en 1766 el sultanato de Selangor.

Qué hacer en Klang

Los turistas pueden seguir esta historia en la impresionante Galería Real del Sultán Abdul Aziz de Klang. Ubicada en un edificio colonial de principios del siglo XX, está comisariada personalmente por el sultán Sharafuddin Idris Shah.

A través de pinturas, mapas, carteles y artefactos, el museo detalla cómo Selangor libró batallas militares, políticas y comerciales con los holandeses, y creó una zona minera que se convirtió en Kuala Lumpur. Pero el sultanato no pudo resistir a los británicos, que colonizaron Malasia durante más de un siglo a partir de 1824.

Los turistas pueden profundizar en este legado imperial durante los nuevos paseos guiados en inglés a 11 lugares históricos clave. Los recorridos se ofrecerán regularmente a partir de junio de 2024.

Los visitantes también pueden seguir esta ruta patrimonial por su cuenta, a través del mapa del sitio web de Visit Selangor. Así podrán contemplar los altísimos minaretes de la mezquita india de Tengku Kelana, el animado mercado de Little India, la característica fachada roja y blanca del antiguo parque de bomberos de Klang y la elegancia colonial del Royal Klang Club.

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Una mezquita famosa en Instagram a las afueras de Klang

La ruta turística real de Selangor también se extiende más allá de Klang. En el distrito de Kuala Langat, a 16 km al sur de Klang, los turistas pueden admirar los jardines y el delicado trabajo en piedra del Palacio de Jugra, construido a principios del siglo XX como residencia imperial oficial.

Por su parte, Shah Alam, la moderna capital del estado de Selangor, exhibe la herencia real en su enorme Museo del Sultán Alam Shah y en el cercano Mausoleo Real de Shah Alam. El primero, con forma de casa tradicional minangkabau, exhibe casi 4000 objetos en cinco galerías. El segundo es un verde complejo donde los visitantes pueden contemplar las tumbas doradas de la realeza de Selangor.

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Pero el principal atractivo turístico de Shah Alam es un fotogénico edificio de los años 80 con cierta fama en redes sociales. Los extranjeros acuden en masa a la Mezquita del Sultán Salahuddin Abdul Aziz para posar ante su gigantesca cúpula azul, sus minaretes de 142 metros de altura y sus intrincados motivos geométricos. Muchos no sabrían que esta magnífica estructura lleva el nombre del gobernante de un sultanato llamado Selangor.

Es improbable que enormes multitudes de turistas desciendan a Klang en breve, por muy singulares que sean las historias que revelen sus nuevas visitas a pie; al menos, no mientras permanezca oculta a la sombra cada vez más alargada de Kuala Lumpur, repleta de rascacielos.

 Ronan O’Connell es un periodista y fotógrafo australiano que viaja entre Irlanda, Tailandia y Australia Occidental.

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

Source: National

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