Cuando los comerciantes italianos y alemanes fueron invitados a una fiesta en la ciudad portuaria de Santa Isabel, en Guinea Española, en 1942, nunca sospecharon que se trataba de una elaborada treta: mientras brindaban, un grupo de espías británicos supersecretos se preparaba para robar sus barcos, sospechosos de traficar con armas para las potencias del Eje durante la Segunda Guerra Mundial.

Conocida como Operación Postmaster, la audaz misión desencadenó un conflicto internacional y demostró el poder del Special Operations Executive [Ejecutivo de Operaciones Especiales], una organización británica ultrasecreta dedicada a sembrar el sabotaje y el caos. También es el tema de The Ministry of Ungentlemanly Warfare, una comedia (cuyo título podría traducirse como el Ministerio de la Guerra Poco Caballerosa) dirigida por Guy Ritchie que se adentra en el lado más tonto de los muy serios objetivos del SOE.

Pero, ¿qué era el SOE y por qué sus actos siguen resonando hoy en día? Repasemos la información sobre la “poco caballerosa” agencia que ayudó a engendrar a James Bond y otras películas de espías, y ayudó a los Aliados a ganar la Segunda Guerra Mundial.

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¿Qué fue en realidad el Ministry of Ungentlemanly Warfare?

El SOE nació de la desesperación de los primeros días de la Segunda Guerra Mundial. En 1940, Alemania se había apoderado de la mayor parte de Europa, y los británicos previeron la necesidad de realizar sabotajes encubiertos y guerra de guerrillas en toda Europa. Ese año, el primer ministro británico Winston Churchill impulsó la creación de una organización que se encargaría precisamente de eso, con la famosa orden a sus agentes de “incendiar Europa”.

La organización era tan etérea y secreta que ni siquiera los aliados de Gran Bretaña (los gobiernos europeos exiliados en Londres) tenían idea de su existencia.

El objetivo general del SOE eran las operaciones de sabotaje y propaganda contra las potencias del Eje. Pero quizás sea más conocido por su intento de crear y habilitar ejércitos secretos de grupos de resistencia locales en los países ocupados, con la ayuda de agentes entrenados (algunos británicos, otros refugiados de Europa) que se lanzaban en paracaídas en Europa, establecían contactos con los grupos de resistencia y les proporcionaban armas, dinero y mano de obra.

Unos 13 000 agentes del SOE dirigieron iniciativas como el establecimiento de comunicaciones por radio entre los países ocupados y los Aliados, la destrucción de fábricas de armas y la ayuda a los Aliados en la planificación de la invasión de Normandía en 1944. También prepararon un golpe de estado en Yugoslavia, interceptaron cargamentos de armas, robaron barcos y llevaron a cabo muchas otras hazañas de valentía de alto secreto.

¿Qué les hacía tan “poco caballerosos”?

El trabajo era extremadamente peligroso: los oficiales de radio del SOE, por ejemplo, tenían una esperanza de vida de seis semanas tras saltar en paracaídas en Europa, y el 44% de sus oficiales femeninas fueron capturadas en Francia. Los agentes se enfrentaban a la posibilidad de ser torturados, ejecutados o encarcelados en un campo de concentración, y la vida sobre el terreno podía ser arriesgada y solitaria.

Para ayudar a sus agentes, la organización desarrolló armas y equipos especiales, como zapatillas de deporte diseñadas para dejar huellas falsas, radios que parecían maletas, pistolas con silenciadores, armas de fuego que podían esconderse en una manga y una variedad de explosivos innovadores. El SOE también proporcionaba a los operadores documentación falsa, nuevas identidades y otros tipos de apoyo.

Con el tiempo, el grupo ultrasecreto se ganó el apodo de “ministerio de la guerra poco caballerosa”, un término acuñado por Churchill. El apodo se refería a su conducta “irregular” como organización de operaciones encubiertas, basada en el secretismo, la astucia e incluso el asesinato en su intento de desalojar a Hitler de Europa.

Las tácticas del SOE no siempre eran mortales: los agentes también hacían cosas como espolvorear polvos en los uniformes alemanes para que sufriesen picores. Intentaban confundir y desmoralizar a sus enemigos, ralentizar la producción de armas y animar a los trabajadores de la resistencia. Sus tácticas (y su licencia para matar si era necesario) eran tan “irregulares” y complejas que inspiraron a Ian Fleming, que fue un oficial de inteligencia naval que sirvió de enlace con el SOE, para escribir la serie James Bond.

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¿Por qué era controvertido el Ejecutivo de Operaciones Especiales?

Pero la agencia no era infalible: en Holanda, por ejemplo, fue infiltrada por espías nazis. A pesar de los intentos de advertir al SOE, los oficiales ignoraron las pruebas hasta que fue demasiado tarde, enviando a 53 agentes directamente a custodia alemana y perdiendo unos 2 millones de dólares en el proceso, un fiasco conocido como uno de los mayores errores garrafales de la guerra.

Sus esfuerzos a menudo enfrentaron a Gran Bretaña con sus aliados, e incluso a los líderes británicos entre sí. Tras la Operación Postmaster, por ejemplo, la neutral España se enfureció porque los británicos habían robado barcos mercantes de su territorio, y el incidente causó revuelo entre los líderes militares y políticos británicos que no habían sido informados de la misión.

Los esfuerzos del SOE también fueron a menudo contraproducentes. Por ejemplo, en 1942, trabajadores de la resistencia checa entrenados por agentes del SOE consiguieron asesinar a Reinhard Heydrich, uno de los miembros más poderosos del Partido Nazi y arquitecto de la “Solución Final” en curso en los territorios controlados por Alemania.

El asesinato fue un triunfo, pero dio lugar a brutales represalias por parte de los nazis. En busca de venganza, ejecutaron a cientos de personas, arrasaron una ciudad checa entera, Lidice, y bautizaron con el nombre de Heydrich uno de sus programas de aniquilación más notorios, responsable de la muerte de 1,7 millones de judíos.

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¿Cuál es el legado del Ejecutivo de Operaciones Especiales?

Pero el secretismo del SOE significó en última instancia que sus valientes oficiales fueran poco reconocidos tras su disolución en 1946, y muchos de sus éxitos y fracasos fueron desconocidos para el público hasta décadas después. Los archivos de la organización encubierta no se desclasificaron hasta la década de 1990, y muchos de sus agentes, especialmente las mujeres, nunca fueron reconocidos públicamente por su trabajo.

Puede que el SOE fracasara en su objetivo de instigar un levantamiento masivo contra Hitler y los nazis en toda Europa. Pero sus actividades secretas contribuyeron sin duda a la victoria de los Aliados durante la Segunda Guerra Mundial, una victoria que finalmente devolvió la libertad a Europa. Hoy en día, a este grupo secreto se le atribuye el mérito de haber dado origen a las operaciones encubiertas modernas y de haber triunfado en gran medida a pesar de sus tácticas “irregulares”.

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

Source: National

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